Que tengas algún síntoma no significa necesariamente que estés enfermo. De hecho, en ocasiones vamos al médico por algún síntoma que padecemos y no encuentra el origen de los mismos, pero aún así nos venimos con alguna medicación para el síntoma, pero sin solución para el origen.
Esto ocurre en las ocasiones en que los síntomas son psicosomáticos. Esto quiere decir que su origen está en la psique, en la mente. Es lo que yo llamo «una emoción atascada» y las emociones atascadas te enferman. Revisa a ver qué es lo que te preocupa. ¿Qué miedos tienes?. Las emociones como el miedo o el estrés producen enfermedad porque cambian la composición química del cuerpo.
La ansiedad se considera enfermedad y existe una medicación específica para ella, los ansiolíticos. Lo mismo ocurre con la depresión y los antidepresivos.
La ansiedad, por ejemplo, se dice que está provocada por «exceso de futuro». La cabeza está continuamente pensando en lo peor que te puede pasar en el futuro. Los pensamientos giran en torno a miedos del pasado sobre situaciones futuras que, a lo mejor, ni pasan en un futuro. Pero tu cerebro se lo cree y se comporta como si aquello que me produce miedo estuviera pasando ahora.
Los pensamientos estresantes cambian la química del cuerpo.
Estos «pensamientos estresantes» continuos, consecuencia de miedos pasados, provocan enfermedad porque cambian la composicion química del cuerpo. Los pensamientos generan compuestos bioquímicos llamados neurotransmisores, que pueden enfermarte o pueden sanarte.
El cortisol y la adrenalina, por ejemplo, se liberan a la sangre en caso de situaciones de miedo, por lo que también se liberan simplemente con pensamientos de miedo, porque tu cerebro se cree todo lo que piensas, literalmente. Y un exceso de estos neurotransmisores producen situaciones bioquímicas que debilitan tu cuerpo y te enferma. O la dopamina, que se libera al torrente sanguíneo en caso de situaciones y pensamientos felices y positivos y su liberación fortalece tu cuerpo y te sana. La ciencia ya ha demostrado y ha visto bajo el microscopio, cómo se forma un pensamiento en el cerebro y cuales son sus consecuencias bioquímicas.
Los pensamientos liberan neurotransmisores al torrente sanguíneo que regulan el funcionamiento del cuerpo.
Para que practiques con un ejemplo rápido y muy conocido, piensa en un limón. Comienzas a salivar sólo con imaginar que lo muerdes y te lo comes. Tu boca saliva sin que haya un limón. Tú sólo has pensado en el limón. Un pensamiento, una visualización mental ha liberado saliva por tus glándulas salivales. Tu cerebro se cree todo lo que piensas.
Cada pensamiento está enparejado con un sentimiento. Un pensamiento como «hoy empiezo las vacaciones» es un pensamiento feliz que me genera un sentimiento de alegría, una emoción positiva que libera un compuesto bioquímico en concreto, la dopamina, que me hace sentir bien.
Un pensamiento estresante cómo, «nunca hago las cosas bien» por ejemplo, puede generar un sentimento de ira o rabia, que provoca una reacción bioquímica en el cerebro que termina con la liberación de cortisol en las glándulas suprarrenales. Si este pensamiento está siempre rondando mi cabeza o me enfado mucho conmigo mismo cuando lo tengo, los niveles de cortisol serán altos y sostenidos en el tiempo y esto produce toxicidad y aparece la enfermedad. Y dependiendo de qué tipo de pensamiento estresante tengas así será el síntoma que manisfiestes y enfermedad que te acompañe.
Los sentimientos generan pensamientos y los pensamientos generan sentimientos, siempre van unidos de la mano
En resumen, cada vez que pensamos en algo, sentimos una emoción diferente que genera una química diferente. Esto es algo que, aunque, no seamos consciente de ello, ocurre durante las 24 horas del día. Párate unos segundos y repasa los pensamientos recurrentes que aparecen en tu mente. Intenta dejar la mente en blanco y observa qué pensamientos son los que te vienen solos a la mente. ¿Cómo te hacen sentir?
Puedes cambiar la química de tus pensamientos con un proceso de Coaching de Salud.
Lo bueno de todo esto es que ya sabemos cómo podemos contribuir a mejorar nuestra salud simplemente contolando nuestros pensamientos. Esto es algo que al principio puede parecer complicado o incluso imposible. Pero no es así. Ese pensamiento, el de «no puedo», «eso es imposible», etc, es el primero que tienes que sacar de tu cabeza, ahí tienes una emoción atascada! porque seguro que cada vez que lo piensas, te sientes mal, y ya sabes, si te sientes mal con tus pensamientos, tu cuerpo también se siente mal con ellos y se enferma.
El Coaching es una herramienta que te permite poner en orden tu vida y tus pensamientos. Te ayuda a cambiar esos pensamientos negativos y desmotivadores por otros positivos y motivadores. Si todo esto lo aplicamos a la salud, tenemos que el Coaching de Salud, te ayuda a poner en orden tu salud realizando los cambios necesarios para ello. Cambiar pensamientos positivos por pensamientos negativos también es cambiar de hábitos, es un cambio de hábitos emocionales. ¿Quieres ver cómo el coaching puede ayudarte a mejorar tu salud?