No todo es hacer ejercicio y comer sano. A veces no es suficiente.
Cuando hablamos de síndrome metabólico, dibetes melitus tipo 2 y obesidad has de saber que no son enfermedades genéticas.
Son adaptaciones del cuerpo al estilo de vida que llevas. Tus hábitos nutricionales, tu actividad física y tu capacidad para gestionar las emociones tienen mucho que ver, por supuesto.
Pero existe un modulador epigenético muy, pero que muy potente que es la microbiota y sus metabolitos.
La microbiota, los millones de bacterias y otros microorganismos que viven en simbiosis con nosotros en el tubo digestivo son determinantes en el funcionamiento del metabolismo sistémico. Su desequilibrio o disbiosis es el responsable de la inflamación local y sistémica propia de estas adaptaciones.
También es la responsable del rendimiento energético de la dieta. A igualdad de calorías ingeridas, las personas, según el estado de su microbiota, extraen más o menos calorías de dichos alimentos. Por eso unas personas engordan siempre y otras personas no engordan nunca, coman lo que coman.
También es importante entender que la sintesis de hormonas intestinales se produce en el interior de estas bacterias y que una de ellas es la grelina, la hormona que estimula el apetito.
¿Eres de los que siempre tiene hambre? No eres tú, son tus bacterias.